La adolescencia es un segundo nacimiento, afirmaba Rousseau. La genética y la carga educativa de la infancia están ahora a la espera de una intervención adulta plasmada por la esperanza y la inteligencia. La oportunidad de fabricar un ser humano feliz y productivo está abierta, pero no podemos ignorar el desafío: estamos ante una persona con muchas preguntas y pocas respuestas, con una dinámica que se manifiesta en cambios inesperados para el adolescente y para los adultos. La actitud adecuada para educar adolescentes es la de un poeta que percibe la realidad de forma creativa y optimista. Es entonces, cuando se origina el efecto Pigmalión, que transforma la realidad en la mejor versión de sí misma.
Esta obra analiza los grandes cambios neurológicos que alteran los factores físicos, emocionales y sociales, traducidos en conductas. Es el resultado de más de 50 años de trabajo con adolescente. Del análisis de la realidad adolescente se desprenden sugerencias de intervención educativa. La ciencia se une a la pedagogía y da como resultado esta obra.